Como ya sabemos todos, el peso en si mismo no es un valor adecuado para conocer el grado de obesidad de una persona, ni tampoco los supuestos kilos de mas. Siempre debe correlacionarse el peso con la altura del paciente. No es lo mismo pesar 15 de mas midiendo 1,65 cm (padecería una obesidad moderada), que 20 kg de mas midiendo 1,80 (padecería una obesidad leve).
Además debemos fijarnos en aspectos como, una musculación destacada o una constitución grande, que pueden dar en ambos casos un falso sobrepeso.
De manera que los kilos son muy engañosos, incluso para los propios profesionales.
Para obviar este problema, se ha desarrollado una sencilla fórmula llamada Indice de Masa Corporal, que relaciona el peso con la superficie corporal del paciente. Se calcula fácilmente mediante la fórmula IMC= peso en kg / altura en cm al cuadrado.
En la web de nuestra Clínica, www.Obesitas.es y en la pestaña “Recursos para pacientes”, puede medir de forma automatizada su IMC.
También pude medir su IMC utilizando este cuadro, cruzando altura con peso.
Si usted tiene IMC entre 18 y 24, tiene NORMOPESO. Debe considerarse una persona sana en cuanto al peso. Muchos pacientes, jóvenes y mujeres en su mayoría, se consideran con exceso de peso cuando tienen un IMC mayor de 21-22. Esto se debe a la presión mediática del cine, publicidad y actores icono, pero en absoluto representa una desviación de la salud.
Es un peso totalmente saludable, y no sería correcto cambar mucho los hábitos dietéticos. Si el paciente desea un “mejor aspecto físico”, debe incidir en el ejercicio físico, y es posible que también en otros factores emocionales y psicológicos.
Los pacientes con problemas metabólicos (glucosa, colesterol, triglicéridos , ácido úrico elevado en sangre) sí deben realizar cambios dietéticos con este IMC, según los consejos de su médico; además en estos casos, el ejercicio asociado juega una papel muy positivo en la solución del problema metabólico.
Si usted tiene IMC entre 25 y 29:
Padece SOBREPESO, puede pesar hasta 15 18 kg de más. Sin embargo, no padece obesidad. En estos casos son excepcionales los problemas de salud relacionados con el peso. Esto se cumple especialmente en mujeres, por la distribución periférica (glúteos, muslos, brazos) de la grasa. Sin embargo, en algunos hombres con una cintura abdominal mayor de 102cm, sí pueden tener problemas de salud asociados a este sobrepeso (ver detalles en el siguiente aparatado).
Recuerde que un paciente muy musculado o corpulento, puede encontrarse en este rango y no padecer sobrepeso.
Si usted se encuentra en este grupo
Es recomendable que las personas con este sobrepeso realicen “pequeños cambios”, en su hábito dietético. Estos cambios no deben ser drásticos ni excesivos, pero sí definitivos, para siempre. Pequeños gestos como limitar la ingesta de pan, pastas, arroces, aceite y o mantequilla diaria, y todos los alimentos que contienen azúcar añadido, puede ser mas que suficiente. Los cambios se experimentarán muy poco a poco, incluso hasta los 6 meses puede no verse cambios en la báscula, pero precisamente por eso, son estables y duraderos, sin efectos rebote.
Este enfoque además, permite mantener los cambios a largo plazo. Cuando menos “bruscos” y mas progresivos sean los cambios en el hábito dietético, mejor se adaptará nuestra psique a ellos. Los asumiremos como propios y serán para siempre (lea sobre el Binomio emocional en el apartado 7 de este capítulo).
Desde luego también será necesario mejorar su estilo de vida y realizar mas ejercicio, además de “madurar” o “trabajar” su relación emocional con los alimentos, razonando sobre línea que separa, disfrute de los alimentos y pérdida de salud por su exceso.
Si usted tiene IMC entre 30 y 35:
Usted ya padece OBESIDAD, en grado moderado. La palabra obesidad sólo debe utilizarse para pacientes con IMC> 30, que representa tener un exceso de mas 18 – 25 kg de lo que debería.
La obesidad se considera una enfermedad del organismo, con todo lo que ello conlleva, y además es un proceso crónico y progresivo.
Es importante ser consciente de que sólo alcanzan este grado de obesidad, las personas con facilidad o propensión genética para la obesidad.
Una persona de constitución delgada puede aumentar 10-15 kilos de peso, pero excepcionalmente más. De una forma natural y sin muchas dificultades, sentirá una especie de rechazo a los alimentos pesados y a las dosis excesivas en cada comida, y poco a poco irá perdiendo peso.
Por el contrario, el paciente con genes de obesidad no encontrará ese “freno” natural, y seguirá comiendo en exceso, en contra de lo que le dicta su conciencia. Establecerá una pugna interna entre su sentido común que le dice que debe adelgazar y su tendencia natural que le incita a comer y comer.
Al mismo tiempo, estos pacientes son mas propensos a derivar los problemas emocionales hacia los alimentos. Una persona de constitución delgada, que tiene importantes problemas notará que “se le cierra el estómago” (sabiduría popular), mientras que una paciente con fuerte tendencia a la obesidad la sobrecarga emocional le inducirá a refugiarse en los alimentos, comiendo mas o peor, o ambas cosas.
Aun así, si se encuentra en este grupo de personas o IMC, no se deje llevar, pues su obesidad todavía se puede controlar.
En mi experiencia diaria con los pacientes, los que se encuentran con un IMC entre 31-35, rara vez sienten haber perdido la batalla a su obesidad, y la mayoría intentan luchar por si mismos contra ella. La gran mayoría ven una operación de obesidad como algo muy lejano, que no es para ellos, al vez que con el paso de los años su obesidad se mantiene o incrementa a pesar de todos los sacrificios e intentos para resolverlo.
Si usted tiene IMC entre 35 y 40:
Usted padece una OBESIDAD SEVERA, con todo lo que conlleva el adjetivo de severa.
Es llamativo, como los cambios metabólicos y emocionales son coincidentes en muchos casos.
Conforme va aumentando la masa grasa del organismo, este organismo desarrolla una especia de bloqueo metabólico, que dificulta la pérdida de peso e incluso el control del mismo. Al mismo tiempo el paciente va generando emociones y percepciones sobre los alimentos, que inducen al paciente a comer mucho y alimentos muy calóricos (grasos, o dulces, o ambos).
Aunque pueda parecer sorprendente, la grasa de nuestro organismo adquiere un protagonismo o “cuota de poder” creciente sobre el equilibrio fisiológico. Y si finalmente consigue ganar la batalla al resto de los órganos, no solo infiltra todos y cada uno de los órganos (exceptuando únicamente el cerebro), sino que produce sustancia o metabolitos que causan un verdadero desequilibrio en el organismo:
La insulina no funciona correctamente, pudiendo llegarse a una diabetes; se incrementan los niveles de colesterol y triglicéridos que se depositan en las arterias, igual que el ácido úrico que se deposita en las articulaciones y tejidos blandos; se incrementa la muerte de hepatocitos por infiltración grasa del hígado; e incluso se producen metabolitos que también influyen sobre el cerebro, induciendo al paciente a la ingesta desmedida, el desánimo, los pensamiento negativos que minan la autoestima y el sedentarismo.
A mi me gusta recalcarles a los pacientes obesos que acuden con importantes problemas emocionales, y aprovechando que sus familias o parejas están delante, que lo que les pasa no es culpa de ellos!, que es un problema genético!. Sí, ellos finalmente comen mas de lo que deben, pero no es su culpa. No se puede tratar con dietas, o con esfuerzo, o con disciplina, simplemente es una enfermedad y resulta una barrera insalvable.
Es posible que usted no se vea representado/a en esta clasificación y piense que no es para tanto y que podrá salvar la situación. Esto es muy frecuente debido a nuestro propio sistema de autodefensa, que afortunadamente nos asiste y facilita la vida, pero no se deje llevar por excesivos positivismos, y consulte con un buen especialista o Centro especializado.
Si usted tiene IMC mayor de 40:
Usted padece una OBESIDAD MORBIDA.
El adjetivo Mórbida se refiere a “enfermiza” y no cabe duda de que esta obesidad es o lo acaba siendo siempre, un problema importante para la salud.
En estos grados de obesidad, se produce una evolución progresiva de los fenómenos comentados en el apartado anterior, causando un desequilibrio completo a favor de la grasa del organismo.
Realmente la grasa se comporta como un proceso neoplásico o un tumor, que invade a todo el organismo, pero con un crecimiento mucho mas lento y sin sustituir a las células nobles (como sucede en los tumores) sino desplazándolas, y además a través de sustancias que produce, toma un protagonismo destacado en la regulación global del organismo.
Resulta llamativo observar el incremento progresivo de la obesidad a partir de IMC de 35 y sobre todo de 40. Se producen factores concurrentes en el paciente, directos (por la propia obesidad) e indirectos (paciente cada vez menos activo, menos satisfacción del su situación…) que causan un aumento constante de la obesidad, y cada vez mas rápido cuanto mas obesidad tiene el paciente.
Me gusta comentarle a mis pacientes, que la obesidad aumenta al principio de forma aritmética, y de forma geométrica al final (IMC>50-55); la obesidad llama a obesidad, y esos grados el paciente no lo puede controlar.
Por eso no es tan difícil encontrar