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TENGO FAMILIARES CON DIABETES DEL ADULTO, ¿YO PUEDO PADECERLA?

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La afirmación sería que sí puede padecerla. Si tiene familiares directos con diabetes del adulto (padres, hermanos…), usted también podría padecerla y especialmente si repite el estilo de vida y hábitos de sus familiares.

Analice y piense sobre los acontecimientos vitales de sus familiares diabéticos: qué estilo de vida ha tenido hasta que ha desarrollado la diabetes, si ha padecido mucho estrés, personal o laboral, si ha cometido muchos excesos, especialmente con la comida y la bebida, y con los dulces (aunque muchos pacientes obesos no han comido habitualmente dulces).

Analice también la posible obesidad de sus familiares diabéticos, y recuerde si ha padecido obesidad abdominal (vientre abultado). Muchos pacientes con el desarrollo de la diabetes pierden peso, y él mismo se olvida que durante años si ha sido obeso, y ha cometido abusos dietéticos, y ese es el origen verdadero de su diabetes.

Diabetes del adulto

El páncreas, órgano que regula los niveles de glucosa en sangre, es un órgano con una vida limitada, y sobre todo, con una “fortaleza” o capacidad variable según cada persona o grupo de familiares.

Al igual que existen familiares donde muchos miembros tienen una capacidad visual más limitada y utilizan gafas, puede pasar que muchos familiares hereden páncreas más débiles o menos resistentes a las grandes exigencias (grandes ingestas) y en éste caso lo correcto es evitar los “sobreesfuerzos” para el páncreas, y mimar nuestro páncreas que nos debe de durar toda la vida (evitar la ingesta excesiva de alimentos, sería el equivalente a llevar gafas correctivas).

Fíjese además, cómo muchas personas con malos hábitos y una obesidad abdominal considerable, tardan en desarrollar la diabetes años, mientras que otros, sin abusos tan grandes (ni obesidades tan grandes), la desarrollan antes.

En estos grupos familiares, recomendamos el control anual de la glucemia e incluso de la hemoglobina glicosilada HbA1c, porque la diabetes del adulto no produce síntomas, y su diagnóstico tardío supone un gran perjuicio para el organismo, porque causa daños irreversibles.

Lea más detalles sobre este aspecto en el siguiente artículo.

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Tratamiento de la diabetes asociada a obesidad

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En el tratamiento de la diabetes asociada a obesidad, el foco principal debe centrarse en la pérdida de peso y en la mejora del estilo de vida.

¿Por qué el adulto acaba padeciendo diabetes?

Es una consecuencia más de un estilo de vida inadecuado: comemos más de lo que necesitamos, hacemos menos ejercicio del que deberíamos, acumulamos grasa en el organismo, especialmente en el abdomen…

El páncreas (órgano que regula la glucosa en sangre y segrega la insulina) trabaja con gran intensidad durante años, hasta que finalmente se agota y aparece la diabetes. En las últimas fases, la función pancreática desaparece y es necesario introducir la insulina en el tratamiento.

Tratamiento de la diabetes asociada a obesidad

¿Por qué unos padecen diabetes y otros no?

Es difícil comparar el esfuerzo y el consiguiente desgaste al que se somete el páncreas en dos personas distintas, pero parece que no todas las personas tienen la misma resistencia o “fortaleza” para aguantar los excesos.

Existen familias donde el número de individuos afectados de diabetes, es claramente mayor que la población general. En estos casos, deberíamos ser especialmente prudentes o cuidadosos.

¿Puede prevenirse la diabetes del adulto?

En condiciones de vida saludables y si no se padece obesidad, la diabetes es una enfermedad poco frecuente, y sólo la padecen algunas personas con el envejecimiento y casi siempre es de fácil control.

Así que es muy fácil prevenir la gran mayoría de los casos de diabetes, simplemente hay que aplicar el consejo de aquella anciana que había vivido 110 años, “¿y cómo lo ha hecho?”, “¿qué nos puede aconsejar?”, “Pues poca boca y mucha zapatilla”.

No sólo evitaremos la aparición de la diabetes, además en muchos casos también el exceso de colesterol, la hipertensión, etc.

Tratamiento de la diabetes asociada a obesidad

Lo basaríamos en tres pilares básicos:

  1. Comida saludable, rica en fruta, vegetales, legumbres y pescado fundamentalmente, sin atracones, ni alimentos procesados. Comer 5 comidas al día, evitando grandes ingestas de una sola vez (el páncreas realiza un esfuerzo menor y sufre menos).
  2. Vida activa y ejercicio físico diario (andar 1 hora al día podría ser suficiente).
  3. Tratamiento farmacológico (sólo después de aplicar las pautas 1 y 2).

Tratamiento farmacológico específico para el diabético obeso:

  • Actualmente disponemos de fármacos que mejoran la función del páncreas, y al mismo tiempo disminuye el apetito, y facilitan por sí mismos la pérdida de peso. El más utilizado y con menos efectos adversos, es la Metformina.
  • Disponemos de otros fármacos que incrementan la pérdida de glucosa por orina, disminuyendo el trabajo del páncreas y facilitando la pérdida de peso. Además, disminuyen la tensión arterial (lo que puede ser bueno o un inconveniente). Son los iSGLT2.

La mezcla de ambos fármacos, puede ser en muchos casos el tratamiento idóneo en el paciente diabético y obeso. Aunque siempre después y a la vez que aplicamos las fases 1 y 2 del tratamiento.

Acuda a su médico y póngase manos a la obra.

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10 errores sobre las operaciones de obesidad

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A continuación, desmitificaré 10 errores comunes sobre las operaciones de obesidad, que suelen creer algunos de los pacientes que visitan Clínica Obésitas:

  1. La operación es para personas sin voluntad, y que se han dejado llevar…:

Es cierto que la voluntad juega un papel fundamental en todos los aspectos de la vida, pero muchas veces, “nuestra naturaleza” puede ser más fuerte que nuestra voluntad. Cuando una persona ha heredado una tendencia clara a la obesidad, con una morfología muy parecida a su madre o a su padre, que padecen obesidad, ¿qué culpa podemos cargar sobre ese niño o joven?. Otras veces el caso no es tan evidente, y aunque en los principios de la obesidad, durante años el paciente tuvo el control, pero poco a poco fue subiendo escalones y su voluntad se fue mermando. Cuando el exceso de peso se percibe como una muralla infranqueable, el paciente cae en el desánimo, y la obesidad crece aún más y más.

El paciente es “quien más se quiere a si mismo”. Si él/ella ha tomado la decisión de necesitar una operación, debemos darle nuestro apoyo y ayudarle.

  1. Es mejor que siga con obesidad, cuidándome, que operarme de obesidad:

Esta es otra idea falsa. Actualmente, las operaciones de obesidad son tan seguras en manos de equipos muy experimentados, y la pérdida de calidad de vida tan grande con la obesidad,  que no tiene sentido esta afirmación. Además, las enfermedades asociadas a la obesidad, son severas y acortan la vida. No tiene sentido mirar para otro lado y no buscar una solución….  

  1. Padezco obesidad, pero no tengo problemas de colesterol, diabetes…, no necesito operarme de obesidad.

Es cierto que existen obesidades sin problemas metabólicos asociados, pero esa obesidad causa daño por sí misma. El exceso de peso degenera y desgasta más rápidamente las rodillas, caderas y tobillos, además de problemas en la columna lumbar. La obesidad abdominal, disminuye la capacidad respiratoria, y el acúmulo de grasa en el cuello (más frecuente en el varón) causa apnea del sueño. Además del daño puramente mecánico, la obesidad causa un proceso inflamatorio crónico que daña todos los vasos (vasculitis), empeora o desencadena enfermedades relacionadas con la inmunidad (asma, alergias, psoriasis, enfermedades reumáticas en general), y produce un bloqueo insulínico (aunque no se manifieste diabetes durante mucho tiempo).

  1. Las operaciones de obesidad son muy peligrosas, “te juegas la vida en la operación”:

Hoy en día, la tecnología de las operaciones ha avanzado mucho. En manos experimentadas, con muchas operaciones realizadas, un buen equipo en quirófano, y los mejores medios técnicos, las operaciones de obesidad son muy seguras; las complicaciones son excepcionales y no debe existir mortalidad. Esto significa, que las pocas complicaciones que pudiesen producirse, debe tenerse preparados protocolos de actuación inmediata para resolverlas, además de los conocimientos y el equipo necesario. Por este motivo, dentro de los equipos expertos de cirugía de la obesidad, debe contarse con endoscopistas avanzados, radiólogos intervencionistas, e intensivistas especializados, aunque hoy en día “debe ser” muy poco frecuente tener que utilizar estos medios. El beneficio de una operación de obesidad, compensa sobradamente el mínimo riesgo de estas operaciones en centros y por cirujanos muy especializados.

  1. La recuperación de la operación es muy larga y necesitas mucho tiempo para volver a la rutina:

Con la metodología de protocolos anestésicos mini-invasivos, y cirugía laparoscópica mini-invasiva, no es necesario la utilización de unidades de cuidados intensivos, y el periodo de ingreso hospitalario suele ser de 24 a 48 horas. A los 7 días de la operación, el paciente ya puede realizar una vida normal. Los trabajos que requieran mucho esfuerzo físico, que deben esperar unas 4 semanas.

  1. Después de la operación tendré diarreas…, y no podré hacer una vida normal:

Esto sólo sucede con las operaciones o técnicas malabsortivas. Los equipos que siguen las recomendaciones de la Asociación Americana de Cirugía Bariátrica y Metabólica (ASMBS), sólo excepcionalmente pueden tener este problema con sus pacientes.

  1. A pesar de la operación tienes que hacer una dieta estricta y vigilarte mucho:

Este punto es muy importante, porque efectivamente el paciente tiene que cuidarse “toda su vida”. Pero fíjense que digo cuidarse, que no es lo mismo que llevar una dieta estricta. El paciente debe realizar un cambio integral de los hábitos que le han llevado a la obesidad y a tener que tomar la decisión de someterse a una operación de obesidad.  Pero no es necesario una dieta estricta ni una vida de grandes sacrificios; lo más importante es la constancia y la proporcionalidad, sin grandes altibajos, ni objetivos exigentes… La constancia y la estabilidad es lo más importante.

  1. Tengo que tomar vitaminas toda la vida y puedo tener problemas de salud:

En casi todas las técnicas quirúrgicas para la obesidad, excepto en las técnicas malabsortivas, si los pacientes comen una dieta muy variada y suficiente cada día, las necesidades de suplementos vitamínicos pueden limitarse a la Vitamina B12 y a vitamina D. Los déficits de hierro tan frecuentes, suelen deberse a ingesta insuficiente o a perdidas de hierro por metrorragias excesivas en las mujeres. Los suplementos vitamínicos no causan problemas de salud, porque de hecho son suplementos alimenticios y no fármacos. Una vez se ha perdido todo el peso, y como seguimiento de por vida, es suficiente con un análisis de sangre anual, y sólo en algunos casos semestral.

  1. Con la pérdida de peso se me quedarán “todas las pieles” muy mal…, y tendré que operarme de cirugía plástica:

En nuestra experiencia, sólo un 15% de nuestros pacientes acaban tomando la decisión de someterse a cirugía plástica, porque las pieles excesivas le restan calidad de vida. Una nutrición adecuada y bien cuidada durante la pérdida de peso tras la operación, una buena hidratación y cuidados de la piel, y el ejercicio físico tonificante adecuado, son las mejores armas para prevenir la necesidad de cirugía plástica tras la pérdida de peso.

  1. Con los años se recupera el peso con mucha frecuencia:

La posibilidad de recuperar el peso después de una operación de obesidad, varía mucho, y no es desdeñable; así que la recomendación es que el paciente “se tome en serio” su decisión, y cambie y se cuide para siempre.

Son muchos los estudio publicados sobre la frecuencia de recuperación de peso, y para las operaciones más eficaces, estaría entre un 15 y un 25% a 10 años (Bypass gástrico o tipo SADIS / Cruce Doudenal). Para otras operación tipo restrictivas, la incidencia puede ser mayor.

Los dos factores más importantes son:

  • Que la técnica de la operación esté bien ejecutada, según los parámetros establecidos y aceptados.
  • Que el paciente tenga un seguimiento y apoyo multidisciplinar, y que éste realice un verdadero cambio de sus hábitos de vida y nutricionales.

Con estas condiciones, el resultado a 10 años será claramente positivo, y el esfuerzo habrá valido la pena.

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Operaciones de obesidad no recomendables.

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De los 3 tipos de operaciones de obesidad que se han diseñado, “Técnicas restrictivas”, “Técnicas mixtas” (restrictiva más malabsortiva), y “Técnicas malabsortivas”, son estas últimas sin lugar a dudas, las que en principio no se deben realizar de forma habitual por lo problemas de salud que pueden acarrear. Además, en general las técnicas restrictivas pueden causar una pérdida de peso insuficiente.

Las Técnicas restrictivas más conocidas son: “Banda Gástrica Ajustable”, “Plicatura Gástrica” , “Gastrectomía Vertical o Tubo Gástrico”.

Las Técnicas mixtas mas conocidas y utilizadas son: “Bypass Gástrico en Y de Roux”,  “Tubo Gástrico con derivación duodeno-yeyunal (Bypass tipo SADIS)”

Las Técnicas malabsortivas mas conocidas y utilizadas son: “Mini-Bypass Gástrico o Bypass de una sola anastomosis”, “Bypass Biliopancreático”,  “Cruce Duodenal”, “Técnica de Scopinaro”, otras menos frecuentes.

En general deben evitarse todas las técnicas malabsortivas.

Las técnicas malabsortivas basan su acción, en una desfuncionalización importante del intestino delgado, que puede llegar al 80%, y además asocian una reducción moderada del tamaño del estómago. Son operaciones que a la larga causan una serie de inconvenientes o incluso problemas de salud:

  • Menor calidad de vida.
  • Cuidados de salud: controles de análisis nutricionales frecuentes y de la dieta de la calidad de la dieta.
  • Deposiciones frecuentes y blandas o líquidas. Pueden causar proctitis, pérdidas de nutrientes.
  • Problemas nutricionales, a veces de difícil resolución.
  • Mayor ingesta de vitaminas de por vida.
  • Mayor incidencia de cálculos en la vesícula.
  • Proctitis (irritación crónica del recto – urgencia deposicional).

Los nutrientes que no pueden absorberse y se eliminen por heces, causan una irritación de la mucosa del intestino delgado distal y del intestino grueso. Esta irritación impide aún más la absorción de otros nutrientes que de otra forma se absorberían, como vitaminas liposolubles, hierro, oligoelementos…, causando problemas de salud añadidos.

Son las operaciones más eficaces, tanto en cuanto a resolución de diabetes y problemas metabólicos, y en cuanto a la pérdida de peso. Sin embargo, por sus posibles y frecuentes efectos adversos, son técnicas que la Sociedad Americana de Cirugía Bariátrica y Metabólica (ASMBS), la más prestigiosa del mundo, recomienda NO REALIZAR.

Aún así, podrían utilizarse de forma justificada en casos de doble o tripe obesidad mórbida (IMC>55/60) y/o diabetes importante, especialmente el Cruce Duodenal, es la más reconocida científicamente para estos casos, y la que menos efectos adversos parece que tiene.

En Clínica Obésitas, seguimos estas recomendaciones y no realizamos técnicas quirúrgicas malabsortivas. Buscamos el mejor equilibrio entre eficacia terapéutica y estado de salud postoperatoria. El apoyo por un equipo multidisciplinar experto, y el esfuerzo y la mentalización del paciente, son fundamentales para conseguir un buen resultado a largo plazo. Gracias a las intervenciones más fisiológicas, obtenemos buenos resultados asegurando un buen estado de salud.

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